1. El Consuelo de mi Suegra


    Datte: 18/06/2019, Catégories: Inceste / Tabou Mature, Anal

    ... quedé pasmado. Nunca había estado en aquel lugar repleto de libros, carteles, menciones, premios… y una enorme mesa, junto a varios ordenadores. Me puse a buscar en las estanterías para saber por dónde empezar aunque aquello se veía harto difícil. Me vi alucinando entre libros que hablaban sobre química, fundamentos de la enología, tratados de viticultura, manuales de cata, etc…. cuando de pronto unos pasos marcados por unos zapatos de tacón sobre la madera noble del suelo me hicieron volverme.Era la preciosa Mónica que había entrado en aquella sala y se acercaba sonriente hacia donde yo estaba. La estancia era enorme lo que me permitía observar ese acercamiento durante un buen rato y disfrutar de aquella sensual imagen de nuevo. Mónica vestía una camisa sin mangas con un gran escote y con sus brazos morenos al descubierto adornados con unas cuantas pulseras, un vaquero claro muy ceñido y sus zapatos de ultra tacón. Aquellos muslos bien redondeados, sus prominentes caderas y sus adorables andares hicieron que tuviera otra erección al instante.− Hola Víctor - dijo al llegar a mi altura, apoyando su mano sobre mi hombro y dándome un beso casi en la comisura de mis labios. Sus grandes pechos hicieron contacto con mi tórax, algo que hizo que mi polla creciera algo más bajo el pantalón. No sé si llegó a notarlo.− Hola, Mónica. - respondí intentando no demostrar mi nerviosismo, pero ella lo debía de percibir− Hoy te veo sin la bata - dijo mirando a continuación al bulto prominente ...
    ... que marcaban mis pantalones. – Estás muy guapo.No sabía dónde meterme, pero ella lo trató con total normalidad, sin dejar de sonreír, seguramente orgullosa de haber conseguido ese efecto doble de vergüenza y empalme en un joven como yo.− Veo que Ernesto te quiere machacar con libros. - dijo sin apartar la mano de mi hombro.− Sí… bueno, no sé.− Me alegro que por fin piense en alguien con cabeza.Supongo que aquello iba por su hijastra, pero no quise contradecirla, solo podía observar el movimiento de aquellos gordezuelos labios hablándome y el intenso brillo de sus ojos, por no hablar del precioso canalillo que ofrecía su camisa.− ¿Has pensado en algún título? - me preguntó.Me giré y volví a mirar hacia arriba a aquella inmensa estantería repleta de libros sin saber por dónde empezar.− Estoy un poco perdido, la verdad. - dije− ¿Quieres que te ayude?En ese momento apoyó sus tetas en mi espalda de una forma provocadora, pero yo no rechistaba, como si realmente no tuviera a aquel pibón pegado detrás de mí. Podía notar su calor, su olor y todo su cuerpo adherido a mi espalda.− Déjame que te aconseje ese de ahí arriba.Puso su cara pegada a la mía con la intención de señalarme un libro entre miles. Podía notar el calor de su carrillo izquierdo contra mi derecho, esa tersura de su piel, hasta el olor de su pintalabios muy cerca de mi boca. Aquello era demasiado. Mi polla seguía creciendo inconmensurable bajo mi pantalón.− No sé cual me comentas. - dije sin apartar mi cara de la suya.− ...
«12...121314...50»