El Consuelo de mi Suegra
Datte: 18/06/2019,
Catégories:
Inceste / Tabou
Mature,
Anal
... remordimiento interno me invadió. Pensé en Sofía y de lo deshonesto que estaba siendo con ella, que seguramente estaría estudiando en la universidad, ajena totalmente a lo que estaba sucediendo en su propia casa, de manos del depravado de su novio y nada menos que con su madrastra. Traté de poner racionalidad a la locura que estaba entre mis manos, nunca mejor dicho, que no era otra que mi futura suegra convertida en una diablesa deliciosa, de curvas vertiginosas que ahora estaba abrazada a mí. Seguramente la oportunidad no se me volvería a presentar jamás y posiblemente debía ser un idiota por estar pensando en esos momentos en seriedad, responsabilidad, fidelidad… pero no podía hacerle eso a Ernesto y mucho menos a Sofía, mi novia, era toda una traición teniendo en cuenta la animadversión que sentía por su mamá postiza. Empujé a Mónica para que se separara de mí y a continuación me levanté azorado y nervioso.− ¡Basta, por favor!− ¿Qué ocurre, Víctor? - preguntó alarmada sin entender mi brusco y cortante comportamiento.− Esto no puede ser, Mónica.Allí de pie, con mi polla medio salida del calzoncillo y esa grandiosa mujer medio desnuda delante de mí, podía ser el mejor de mis sueños y en el fondo debí ser un estúpido al no aprovecharme de esa gran ocasión. Cualquiera en mi caso, se hubiera lanzado ante semejante hembra y la hubiera dado toda la caña que necesitaba. Sin embargo yo me sentía mal y si había realmente un momento de parar todo aquello, era ese.− Pero… ¿Qué ...
... ocurre? ¿No te ha gustado?− ¿Gustarme? Mira, Mónica, eres preciosa, la mujer más impresionante que he conocido, pero no, por favor, no me lo pongas tan difícil,− Pero, ¿por qué?− Yo estoy con tu hija y no quiero…− ¿Serle infiel? - terminó ella la frase.− ¡Sí! - dije seguro de mi mismo.− ¡No ha pasado nada!Noté cierto enfado en la cara de Mónica, pues supongo que no esperaba mi reacción, pero lo de no haber pasado nada, no me quedaba del todo claro, porque estar así medio despelotada, yo en calzoncillos, después de haberse restregado contra mi cuerpo tanto en el baile de lo más sensual y excitante, como el hecho de haber estado sentada sobre mi erguida polla, era de todo menos normal. Además, era más que claro que la frontera del bien y del mal ya había quedado varios kilómetros atrás.− Prefiero que no pase nada más - le dije dirigiéndome a donde estaba mi ropa, dispuesto a recogerla, vestirme y marcharme de allí antes de que fuera demasiado tarde y eso que mi polla no había bajado ni un centímetro.− Pero no te vayas así… siento si...− No, Mónica, tú no tienes la culpa. Pero me gustas mucho y…− ¿Te gusto? - preguntó sonriente y sorprendida.− ¿Acaso lo dudas? Eres preciosa.− Tú también me gustas a mí.Hubo un silencio largo en el que ambos permanecimos mirándonos allí de pie, ataviados únicamente con nuestra ropa interior. Por un momento dudé entre el bien y el mal, teniendo a Mónica así, delante.− No puedes irte así. – me dijo.− Por favor… Mónica.− ¿Crees que estás traicionando a ...