El Consuelo de mi Suegra
Datte: 18/06/2019,
Catégories:
Inceste / Tabou
Mature,
Anal
... estaba frente a un ordenador buscando información de botellas de la competencia y se acercó Mónica por detrás, como tantas otras veces. Recuerdo que era un día caluroso de verano y esa preciosidad llevaba un vestido veraniego floreado, de mucho vuelo y finos tirantes, corto por encima de la rodilla y como remate en sus preciosos pies unas sandalias de tacón de color rojo.− Hola Víctor, ¿Cómo estás? - dijo acercándose con sus salerosos andares hasta donde yo estaba.Colocó sus manos sobre mis hombros, pegando sus tetas en mi espalda. La fina tela del vestido me permitía sentir su pecho más intensamente que otras veces. Además, el olor que emanaba aquella mujer me hacía creerme en otro mundo. Feliz y dichoso de tenerla tan cerca y con eso me conformaba, aunque ella siempre me regalaba algo más.− Estoy buscando botellas de la competencia, de las más importantes para saber un poco su historia, ya sabes. - le comenté señalando el monitor.− Claro. Déjame que te ayude, que eso también lo he buscado yo muchas veces y te enseño unas páginas.Mónica se puso a mi lado y apoyando sus manos sobre la mesa se acercó para ver la pantalla pero mis ojos no separaban de sus tetas que en aquella pose parecían quererse salir por encima del escote. Tampoco pude evitar ver cómo el vestido se había subido ligeramente dándome una panorámica inédita de la parte trasera de sus muslos.En ese instante, sin tiempo a que yo reaccionara, mi musa rubia se sentó sobre mis rodillas como si fuera la cosa más ...
... natural del mundo y empezó a teclear varias direcciones en el ordenador. Yo me quedé petrificado, alucinado al ver como aquella mujer me había cogido tanta confianza como para aterrizar su hermoso culo sobre mis rodillas y poder así admirarla desde tan cerca, tener su melena rubia rozando mi cara, su estrecha cintura a un palmo de mí, su trasero perfecto apoyado en mis piernas, ver a tan pocos centímetros la fina piel de sus hombros y la de sus piernas que al estar sentada ofrecían más porción de muslo. Tenerla encima era un sueño imposible.− ¡Uy qué torpe soy! - me decía intentando escribir una dirección en el teclado.− ¿Quieres que te ayude?− Sí, Víctor, por favor, es que tengo las uñas tan largas que no escribo bien en este teclado tan pequeño. - dijo girando su cara y su gran sonrisa que me deshacían.Era cierto que tenía unas uñas muy largas y preciosas por cierto, pintadas de un rojo intenso, pero me sonaba más a disculpa que otra cosa, pues otras veces la había visto teclear en su portátil sin ningún tipo de complicación.− Dime qué dirección escribo - le pregunté.− www… - comenzó a darme una dirección url, pero yo no llegaba al teclado.− Uf, no llego contigo encima, Mónica. - dije pasando mis brazos por sus costados sin poder ver nada y sin alcanzar a la mesa con mis dedos, aunque no me incomodaba tenerla encima ni tampoco su peso, para mí era tener el mejor premio sobre mis rodillas..− Ah, sí, espera.En ese instante Mónica levantó el culo y pensé por un instante que se iba ...