1. El Consuelo de mi Suegra


    Datte: 18/06/2019, Catégories: Inceste / Tabou Mature, Anal

    ... a apartar, pero lejos de eso, se volvió a sentar salvo que esta vez imprevisiblemente lo hizo ubicando su redondo culo directamente sobre mi paquete, que ya estaba bastante abultado. Unió su espalda pegándola a mi pecho y mi erección creció irremediablemente. No había duda de que ella lo había notado, pues mi pantalón fino de verano y su vestido igualmente fino no dejaban nada a la imaginación, podía notar el calor de su entrepierna contra mi cada vez más erguido pene.− Perdón - dije tímidamente al saber que ella notaba esa dureza incrustada contra su sexo.− No te preocupes. ¿Peso mucho? - dijo quitándole importancia.− No, Mónica. - respondí mientras ella pegaba su espalda más contra mi pecho y removía sus muslos para ubicar bien mi polla que ya estaba entre ellos rozando directamente su abultada vulva que me parecía sentir palpitar.− Adelante, escribe… - añadió y lo hizo con un ronroneo que me pareció cargado de excitación.No acertaba a escribir la dirección, pero esta vez no por no llegar, sino que no podía concentrarme al tener a aquella diosa sentada sobre mis piernas, más bien con su coño directamente sobre mi verga. Al fin acerté a escribirla y ella se giró ligeramente para que pudiera leer en la pantalla, pero lo que yo veía era su hermoso rostro y su adorable escote que tenía a apenas cinco centímetros de mi boca. Me agarré a su estrecha cintura y disfrute de ese contacto casi directo de su piel, tan solo separado por la tela del fino vestido.− Buenas tardes, don ...
    ... Ernesto quiere que vayan a su despacho. - nos anunció la secretaria que hizo su aparición en la biblioteca de repente.Yo me llevé un susto de muerte y no sabía dónde meterme, pero en cambio Mónica ni se inmutó permaneciendo allí sentada sobre mí, sabiendo que la discreción de la otra mujer estaba asegurada. Madre mía, lo tenía todo controlado y en cambio yo hecho un flan, que no mi polla, que no había bajado ni un ápice.̶ Dígale que ahora vamos. - añadió Mónica a la mujer que abandonó la sala meneando la cabeza.Después de un rato, esa impresionante belleza que tenía sobre mí, se fue levantando lentamente sin que yo pudiera soltar su cintura ni dejar de admirar su espalda, su pelo, su olor y toda la energía que había depositado en mi regazo. Precisamente cuando se hubo levantado hacia allí dirigió la mirada.̶ Creo que deberías bajar eso, antes de ir a ver a mi esposo. - dijo entre risas y desapareció con sus movimientos felinos dejándome con aquella tremenda empalmada.Ya no cabía ninguna duda de que ella había notado la erección y todo el tiempo se había hecho la tonta, pero su juego era más que premeditado, consiguiendo llevarme al límite. Tras unos segundos de indecisión allí sentado como un pasmarote, pensé que no era buena idea hacer esperar mucho tiempo a Ernesto y me metí en el baño mojándome la cara y la nuca consiguiendo que la erección no fuera tan evidente aunque sí lo era una mancha húmeda en mi entrepierna, puede que debido a mis fluidos o posiblemente a los de ella ...
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