El Consuelo de mi Suegra
Datte: 18/06/2019,
Catégories:
Inceste / Tabou
Mature,
Anal
... no quise hacerle el feo.En ese momento Ernesto se quedó inmóvil, como si estuviera pensando algo, porque cerró los ojos, aunque más bien parecía estar disfrutando de lo lindo al tener el ardiente sexo de su esposa sobre el suyo, como yo lo tuve unos minutos antes. Luego abrió los ojos y tomó aire, para añadir.̶ Está decidido entonces.̶ ¡Qué bien! - dijo Mónica levantándose alegre, dando pequeños aplausos y dirigiéndose hacia mí.Apoyó sus manos en mis hombros y me plantó dos de sus adorables besos en las mejillas, permitiéndome de paso, ver una vez más, la maravilla de su escote en toda su intensidad. Se mantuvo así, ligeramente doblada y apoyada sobre mis hombros, sin que yo pudiera moverme de la silla, permitiéndome durante unos cuantos segundos, aquella panorámica del valle de sus senos, tan fantástica.̶ ¡Felicidades yerno! - me felicitó, dándome una caricia con el dorso de su fina mano sobre mi mejilla.̶ Gracias - respondí todavía con el aturdimiento de todo lo que estaba sucediendo.̶ Ahora pasas a formar parte de la gran herencia. - añadió la imponente rubia, pero esta vez para que no lo oyera su esposo, lo hizo pegando sus labios en mi oreja, en un sensual susurro dejando a la vista algo más de su pecho en esa postura semi doblada.Reconozco que ese comentario podía resultar m*****o en un principio, porque yo no veía mi relación con Sofía como la de un “braguetazo” precisamente, incluso recordaba las palabras de mi novia cuando hablaba de su madrastra como una arpía ...
... cazafortunas. Yo no quería verme así, pero pensándolo así en caliente, no era tan mala idea la convertirme en un rico heredero de gran un imperio. Además, teniendo a su madre ahí agarrada a mis hombros y viendo su delantera a escasos centímetros no me permitía razonar.Mónica entonces se quedó muy cerca de mi cara, viendo mi reacción mostrándome un brillo de sus ojos, que parecía estar diciéndome “Fóllame”. Estaba tan cerca que hasta me pareció notar el calor de esos labios. Me removí en la silla, bastante incómodo por tener a su marido enfrente observando toda la operación. De pronto, cuando ella se incorporó lentamente para ponerse erguida, noté que algo caía sobre mi regazo. Bajé mi vista unos segundos y pude ver que eran unas braguitas negras hechas un gurruño sobre mis muslos. Levanté la vista, miré a su esposo que pareció no darse cuenta y luego a ella que me sonrió sibilinamente. En un acto reflejo oculté esa prenda con mi carpeta. ¿Fue un accidente fortuito?, ¿Realmente se le cayeron las bragas sobre mí y ella no se dio cuenta? No, aquello no era posible, ¿Quizás las dejó caer a propósito? Pero ¿Por qué? ¿Con tanto descaro?, ¿Cuando se las quitó?Ernesto me hablaba, pero yo no hacía caso, tan solo intentaba ver alguna respuesta en los ojos de Mónica, que seguía metida en la charla como si tal cosa. Yo seguía pensando, incomprensiblemente, que quizás ella realmente no se había dado cuenta de que se cayeron sus braguitas sobre mis muslos. Durante unos segundos estuve ...