1. Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.


    Datte: 03/04/2020, Catégories: Hardcore, Mature, BDSM / Fétichisme

    ... apartando las bragas para acariciarle el coño. Adriana se removió, atenta a los movimientos y las transparencias de su suegra. Elisa se tomó un café y cuando enjuagaba el vaso vieron que aparecía Curro, en slip. Su paquete daba severos botes al caminar, a igual que su panza peluda. Era un macho de verdad. Adriana sujetó la mano de su novio para obligarle a rozarle con más esmero.- Dame, maricón – apremió embelesada con el cuerpo seboso de Curro -, no pares de darme… Mira qué macho… Ummm…En la cocina, Elisa se volvió hacia su cuñado, examinándole de arriba abajo. Se encontraban frente a frente, de pie junto a la mesa, observándose mutuamente.- ¿Cómo tienes el culo? – le preguntó Curro.- Todavía me duele, nos pasamos tres pueblos.- Me encanta follarte, ahora mismo es lo que deseo.- No, Curro, no podemos seguir con esto…Pero Curro la cortó abrazándola y baboseándola por la cara. Ella trataba de apartar la cabeza, pero sin resistirse mucho, dejando que la lamiera por el cuello, que le manoseara la espalda y el culo por encima del camisón, con sus tetas aplastadas contra la curvatura de la barriga.- Te deseo, zorra – le jadeaba palpándola por todos lados -, eres mía, puta, eres mi puta…La morreó metiéndole la lengua gorda, pellizcándole el culo blando con sus manazas, por encima de la tela. Ella alzó los brazos y deslizó las manitas por la corpulenta y mantecosa espalda de su cuñado, descendiendo lentamente hasta meterlas dentro del slip para acariciarle el culo seboso. Emanuel ...
    ... continuaba masturbando a su novia con la escena, con la barbilla apoyada en su hombro, refregando el paquete por su culito, viendo las manitas de su madre acariciando dentro del calzoncillo el culo de su tío. Mientras se morreaban trataban de rozarse removiéndose el uno contra el otro. Elisa condujo la manita izquierda por el lateral del slip hasta meterla dentro de la delantera, refregándole ahora la polla y los huevos con una mano y el culo con la otra. Adriana, desde el vestidor, vio que la punta de la verga le asomaba por la tira superior ante los intensos refregones y apretaba más la mano de su novio contra su coño. Elisa ya estaba fuera de sí, con su ninfomanía encendida, dispuesta a demostrarle a su cuñado lo cerda que era. Deslizó sus labios por la tupida barba, le lamió el cuello y bajó con la boca hasta las tetillas de los pectorales, lamiéndolas, mordisqueándolas, pasando la lengua por encima del vello para pasar a la otra. Curro cerraba los ojos dejándose lamer el pecho, con los brazos pegados a los costados, concentrado en los tocamientos dentro del calzoncillo y en las lamidas. Le miraba como una sumisa mientras le lamía la tetilla. Como una cerda, apartó la boca y le levantó el brazo derecho para lanzarse a lamerle la axila peluda, una axila sudada con sabor amargo. Fue bajando con la lengua, lamiéndole la barriga, metiéndole la punta en el ombligo, hasta que fue acuclillándose poco a poco. Curro jadeaba con los ojos entrecerrados, mirando al frente, con rastro ...
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