1. Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.


    Datte: 03/04/2020, Catégories: Hardcore, Mature, BDSM / Fétichisme

    ... la espalda al descubierto. Para acentuar su obscenidad, se había calzado con unas sandalias a juego, también de un tono rosa fuerte, con tacones gruesos y altos. Con su melena rizada, se había hecho un moño en la coronilla y llevaba la nuca al descubierto, otorgándole cierta sensualidad, perfectamente maquillada y cargada de complementos a juego con la ropa. Emanuel la recibió ataviado con el pantalón del pijama y con una camiseta de tirantes. - Qué guapa vienes, le vas a poner rabioso, se va a correr en cuanto te vea o pagaré yo los platos rotos y tendré que pajearle.Adriana pasó dentro.- ¿Dónde está?- Duerme en el sofá, ¿quieres verle?Ella asintió y su novio la condujo al salón de manera sigilosa, procurando hacer el mínimo ruido con los tacones. Los ronquidos le llegaban a los oídos a medida que se acercaban. Le vio tumbado boca arriba en el sofá, con la boca abierta y la cabeza ladeada. Sólo llevaba puesto un bañador ajustado de color negro, tipo ciclista, donde se apreciaba con claridad el enorme bulto de sus genitales. Su enorme barriga peluda subía y bajaba al son de los ronquidos. Le observaron durante unos segundos.- Sólo con verle me pongo muy caliente – le confesó ella embobada con aquel cuerpo seboso y maduro -. Vamos a algún sitio, amor, necesito un desahogo.- Vamos al baño.Se dirigieron al baño y Emanuel cerró la puerta tras de sí, aunque sin echar el cerrojillo, emocionado con la posibilidad de que su tío les descubriera. Se bajó el pantalón del pijama y se ...
    ... sentó en la taza. Adriana, caliente como una perra, se arrodilló ante él y tras menearle la polla unos instantes, se lanzó a mamársela, bajando con los labios hasta sentirla en la garganta y volviendo a subir hasta el capullo. Emanuel veía cómo subía y bajaba la cabeza. Permanecía reclinado sobre la cisterna. Le pasó un brazo por encima del hombro y le tiró del vestido hacia arriba, dejándoselo ceñido a la cintura, descubriendo su culito redondito, con la tira del tanga metida en la raja.- Bájate las bragas – le pidió él.Sin dejar de mamarle la polla, se bajó el tanga con una sola mano dándose tirones hacia abajo, hasta conseguir deslizarlo hasta la mitad del muslo. Le mamaba con el cuerpo erguido entre las piernas, ligeramente curvada hacia la verga, que se comía sin descanso, acariciándose el coño con la mano derecha y sujetándole la verga en vertical con la izquierda. La muy perra no podía ni aguantarse. Y de repente, se abrió la puerta y apareció su tío ataviado con su ajustado bañador. Se quedó paralizado al verles, con los ojos muy abiertos y las cejas arqueadas. Les vio de perfil. A su sobrino sentado en la taza y a su novia haciéndole una mamada, con las bragas bajadas y un delicioso culito a la vista, con la mano derecha plantada en el coñito, masturbándose. Emanuel le miró.- ¡Tío Curro!En ese momento, Adriana apartó la cabeza del biberón y ladeó la cara hacia él, con la boca muy cerca de la polla, con dos hilos de babas uniendo sus labios con la punta. Hizo un ademán ...
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