Anoche soñé contigo - Primera parte
Datte: 10/01/2018,
Catégories:
Voyeur / Exhib / Nudisme
Masturbation
Première fois
... Quique se la describió, a Toto se le tonificó el cuerpo de inmediato, nomás de imaginársela. Aunque no tuvo que esperar demasiado para verla con sus propios ojos, pues:—La instalaron en el cuarto de la azotea. ¡Va a vivir con nosotros desde esta noche! —le dijo Quique.Según éste, como la chica venía deCoatzacoalcos, Veracruz; y no tenía ni familia ni conocidos en la Ciudad; los padres de Quique le darían alojamiento y comida, además de su sueldo.Ni tardo ni perezoso, al ver dónde la instalarían, a Quique se le ocurrió una idea:“Mira, le tomé estos binoculares a mi papá”, le dijo a Toto. “Si nos subimos a la azotea de tu casa, seguro que desde ahí la podemos ver. El cuarto deChabela tiene una única ventana que justo da a este lado, ¡y aún no le han puesto cortinas!”, dijo Quique muy emocionado, exponiendo la gran idea que se le había ocurrido.—Va, me late —dijo Toto, y ambos subieron a la azotea.El panorama no podría ser más suculento para el par de jóvenes jariosos: La chica de piel morena; bien ensanchada en sus femeninas partes, y notablemente joven, se desprendía de los ...
... prendedores que habían sujetado su cabello, iniciando así el ritual del desvestimiento que a todas luces realizaría.Quique tragó saliva evidenciando su sentir. Se moría de ansias por ver lo que seguiría, sin embargo tuvo que cederle los gemelos a Toto, como buen amigo que era. Éste vio así, con sus propios ojos, a la voluptuosa chica mientras desabotonaba su blusa floreada. Esto dejó al descubierto su sostén de amplias copas.Cuando la chamaca comenzaba a desabotonarse su falda, Quique le pidió de vuelta los prismáticos.—¡Presta! —dijo Quique.Toto tuvo que retornárselos.Chabela bajó con cierto esfuerzo su ceñida falda, pues sus caderas eran evidentemente grandes.Al ver así a aquella hembra, puramente en prendas menores, Quique sintió una repentina erección. La chica no era mucho mayor que ellos, y aquello era mejor que mirar las revistas porno-eróticas del puesto de Don Cuco.No mucho después, la joven ya se ponía la bata de dormir y apagaba la luz de su cuarto.Los chicos se miraron y se sonrieron, bien sabían que esa no sería la única vez que espiaran a esa chica.Continuará...