Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.
Datte: 03/04/2020,
Catégories:
Hardcore,
Mature,
BDSM / Fétichisme
... arrepentida de lo que había hecho. Necesitaba que le diera el aire, necesitaba caminar para una profunda reflexión, acababa de liarse con su propio cuñado tras un lapsus. Se vistió y cuando caminaba por el pasillo oyó la ducha. Después abandonó la casa, casi convencida de que su marido debía saberlo, para bien o para mal, de alguna manera él la había arrastrado a cometer un desliz tan grave e inmoral. Emanuel se reunió con su novia en un bar para contarle lo que acababa de descubrir. La chica se quedó estupefacta cuando le contó que su madre y su tío estaban liados, que se habían mamado, primero ella a él y después al revés.- No me extraña que tu madre haya caído, los dos solos en casa, ummm, qué morbo… Está gordo y es feo, pero tiene mucho morbo. No sabes lo caliente que me puso cuando fingía que te follaba.- ¿Te gustaría tirártelo?- Sí, siempre he querido hacerlo con un hombre maduro y gordo. ¿Y a ti? ¿Te gustaría verme con él?- Sí, me pone cachondo pensarlo.- Y a mí me pone cachonda que te haya convertido en su mariquita.- No seas cabrona, que anoche me obligó a tener que hacerle otra mamada.- ¿En serio? Cómo me pone que seas su maricón. ¿Qué le hiciste?- Me pidió que le chupara el culo.Adriana hizo una mueca de asco.- ¿En serio? ¿Y se lo chupaste?- Sí.- ¿Y no te dio asco?- Sí, pero qué querías que hiciera. También se lo ha pedido a mi madre.- O sea, si me lío con él, tendré que chuparle el culo.- Me temo que sí.- Qué asco, chuparle ese culo gordo.- ¿Quieres que sigamos ...
... jugando con él esta tarde? Me gusta cuando te mira.- Sí, vale, estoy deseando jugar con tu tío. Pasaré por tu casa.Estuvieron juntos hasta el mediodía, luego Emanuel regresó a casa. Al mediodía, Mario llegó a comer y se tomó una cerveza con su hermano en el salón mientras su esposa preparaba la comida. Emanuel también había llegado. Curro vestía con un bañador y una camisa desabrochada, exponiendo su abultada panza. Elisa también se había vestido decentemente y lucía un pantalón vaquero ajustado y una blusa verde bastante ajustadita. Mario se sintió tentado a decirle a su hermano que le había descubierto espiando a su mujer mientras dormía, pero lo dejó pasar y se lo imaginó haciéndose una paja mientras la observaba. Se lo merecía después de tanta soledad y sufrimiento, que se desahogara mirándola, incluso le resultaba morboso que utilizara a Elisa para satisfacerse. Comieron los cuatro en la cocina viendo las noticias. Emanuel detectó las miradas que se echaban su tío y su madre, como Mario detectó las miradas que su hermano le echaba al culo de su esposa. Elisa estaba nerviosa por la tensión que se respiraba y de nuevo sentía ese sudor frío por todo su cuerpo. Por un lado, le remordía la conciencia al tener a su marido delante, por someterse a las pervertidas exigencias de su cuñado, pero por otro lado la lujuria vapuleaba sus sentimientos, sobre todo al recordar los detalles, sobre todo cuando su cuñado le lanzaba esas miradas lascivas. Había conseguido que se sintiera como ...