1. Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.


    Datte: 03/04/2020, Catégories: Hardcore, Mature, BDSM / Fétichisme

    ... había sido siempre. Las carnes de la barriga le vibraban por las agitaciones del brazo. Vio que elevaba la cabeza y entrecerraba los ojos, atizándose tirones más fuertes, agarrándosela por la punta, hasta que ladeó el cuerpo hacia una maceta y al cabo de unos segundos comenzó a verter leche sobre las hojas, una abundante cantidad de nata muy líquida y blanca, a chorros, chorros gruesos que no cesaban, como si fuera una meada entrecortada. Emanuel jamás había visto una corrida tan abundante, ni en las películas, y no le extrañaba con aquellos huevos tan gordos. Tras exprimirse el capullo, se subió el slip y volvió a echar un vistazo al interior de la habitación, después caminó más allá, con las nalgas de su culo botando con las zancadas, hasta adentrarse en el cuarto de baño. Debía de haberle resultado una escena asquerosa, pero a Emanuel le pareció muy morboso, incluso su polla se había empalmado. Cuando oyó el grifo abierto del baño, recorrió el pasillo y se asomó a la habitación de sus padres, encontrándose a su madre con el camisón subido y el culo al aire. Ladeó la cabeza para examinarle el ano rosado, cerradito, arrugadito, e igualmente distinguió los pelos del chocho provenientes de la entrepierna. No sabía que su madre dormía sin bragas. Miró hacia la maceta y se asombró de la corrida. El semen tupía la tierra del recipiente y gruesos pegotes colgaban de las hojas, era como si hubiera nevado. En ese momento, su tío salió del baño y le descubrió ante la maceta. Dio ...
    ... unos pasos hacia él y se detuvo mirando hacia el culo de su cuñada.- Joder, sobrino – le dijo en voz baja -, me he hecho una paja, lo siento, pero es que la he visto así… Entiéndeme.- No pasa nada, tío, es normal.- No digas nada, haz el favor, pero es que…- Tranquilo.- Mira qué culo tiene, ummmm -. Los dos miraron a la vez hacia el cuerpo de Elisa, fijándose con atención en el ano y en los pelos del chocho -. Cualquiera se resiste, ¿eh, sobrino? -. Emanuel sonrió sin apartar los ojos del culo de su madre -. Entran ganas de echarle un buen polvo. Mírala, parece una puta. Qué buena está… Bueno, voy a tomar un café antes de que se me hinche otra vez. Hazte una paja si quieres, con ese culo de tu madre, cualquiera se resiste…Le dio un manotazo en el hombro y continuó hasta torcer hacia el otro pasillo que conducía hacia la cocina. Emanuel se volvió hacia la cama y dio un paso para acercarse, deteniéndose a pocos centímetros del culazo blanquito de su madre. Se inclinó hacia la cama y ladeó la cabeza asomándose bajo el culo, distinguiendo un trozo de la raja del coño, una rajita jugosa y peluda con el clítoris apretujado. En ese momento se metió la mano dentro del pantalón del pijama para frotarse con fuerza la verga. Recorrió con la nariz toda la raja, oliéndole el culo, hasta llegar a la rabadilla y regresar hasta la entrepierna, aspirando el olor que desprendía el culo de su madre, así hasta que eyaculó manchando el interior del pantalón. Después se irguió, algo arrepentido de lo ...
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