1. Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.


    Datte: 03/04/2020, Catégories: Hardcore, Mature, BDSM / Fétichisme

    ... viejo rompiéndole el culo a su novio. Estaban mirándose a los ojos mientras les follaban, sin parar de gemir, cuando el desconocido se apartó de ella. La sujetó del brazo y la condujo hasta la esquina donde antes había meado. Emanuel dejó de verla y cerró los ojos, concentrado en las clavadas que recibía en su culo.No hizo falta que le diera ninguna orden. El tipo se la sacudía muy deprisa y con una mirada desesperada, señal de la inminente eyaculación. Se acuclilló ante él, pisando con las deportivas el charco de su propia meada. Tenía la camiseta subida por encima de las dos tetas duras. La sujetó por la barbilla acercándole la cara a la verga. Adriana abrió la boca y tras dos intensos tirones comenzó a verterle la leche dentro, gruesos escupitajos que le caían sobre la lengua. Se oprimió el capullo para que le cayeran las últimas gotas. Adriana continuó con la boca abierta, con la lengua impregnada de nata, y el desconocido le mantuvo la cara inmovilizada, con la manaza bajo la barbilla y con la verga rozándole el labio inferior. Transcurrieron unos segundos. Ella le miró sumisamente sin cerrar la boca. El tipo apretó los dientes, como si adivinara lo que ella deseaba. Y así fue, un chorro de orín amarillento salió disparado hacia su garganta, llenándole la boca poco a poco, un caldo caliente que ella procuraba irse tragando, aunque gruesas hileras le resbalaban por la comisura de los labios goteándole sobre las tetas y la camiseta, salpicándole igualmente el pantalón. Fue ...
    ... una meada intensa y se tragó sin escrúpulos casi todo lo que le había caído dentro, después le dio unas lamidas a la polla y apartó la cabeza para levantarse. Mientras ella se bajaba la camiseta y se miraba las manchas, el tipo se guardaba la verga y se subía la ropa para colocarse. Su novio todavía gemía secamente.- ¿Le esperamos fuera echando un cigarro? – le propuso el tipo.- Sí, vale.Al pasar junto al desconocido por delante del habitáculo, le vio curvado sobre la taza mientras el viejo le follaba el culo. Llegaron a mirarse, una mirada que coincidió justamente con la eyaculación del viejo, que comenzó a escupir leche dentro del culo, a chorros, Emanuel pudo sentir el frescor de la corrida. El viejo se la sacó y la rozó por sus nalgas para limpiarse el capullo, después se subió los pantalones y se abrochó el cinturón.- Bueno, marica, cuando tengas ganas, ya sabes donde encontrarme. Suelo darme una vuelta todas las mañanas.Y salió del habitáculo. Emanuel se incorporó. Tenía las manos llenas de mugre y un agudo dolor en el ano, como si le hubiesen desencajado las caderas. Se palpó el ano con la yema del dedo. Le brotaba semen, un semen muy espeso. Se quitó el pantalón y el slip y se limpió el culo con la prenda, pasándoselo repetidamente por el fondo de la raja. Tiró el slip al suelo y se puso el pantalón. Su novia había sido testigo de cómo le follaban, había comprobado con sus propios ojos lo maricón que era. Estaban enfermos de sexo, arriesgándose a pillar una infección ...
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