Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.
Datte: 03/04/2020,
Catégories:
Hardcore,
Mature,
BDSM / Fétichisme
... manazas a su cintura para sujetarla bien. Las tetas se balanceaban dentro del lavabo chocando una contra la otra. Curro sólo resoplaba. Mario podía oír desde su cuarto los débiles y continuos suspiros de su esposa y los resoplidos de su hermano. Emanuel también permanecía atento a la sintonía de gemidos. Muerta de placer, Elisa se curvó aún más apoyando la frente en el grifo, ya con las tetas reposando en el interior del lavabo. Qué gusto sentir el avance y retroceso de aquella polla tan gorda. Sus nalgas temblaban en cada embestida. Su barriga se rozaba por la espalda. Notaba la presión de las manos en las caderas. Ahora empañaba el acero inoxidable del grifo con sus jadeos. Se mantenía aferrada a los cantos del lavabo, con las tetas pegadas al fondo. Mario se sacudía su verga en su habitación, concentrado en los gemidos de su mujer, y Emanuel se sacudía la suya, concentrado en los gemidos de su madre. La verga resbaló y escapó del chocho. Elisa emitió un jadeo profundo, aunque se mantuvo curvada, sin moverse. Curro se quitó el preservativo.- Deja que te folle el culo, estas putas gomas no me gustan.Elisa no protestó, cerró los ojos y echó los brazos hacia atrás para abrirse la raja y exponer el fondo, manteniéndose la faldilla del camisón en lo alto de la cintura. Iba a ser su primera penetración anal y sabía que iba a dolerle. Apretó los dientes y cerró muy fuerte los ojos, frunciendo el ceño. Notó un escupitajo en el ano. Notó cómo le pasaba la yema de un dedo para ...
... esparcir la saliva y lubricarlo. Notó cómo le pegaba el capullo. Trató de abrirse más la raja. Fue hundiéndole la polla despacio. Ante el doloroso avance, resopló fuerte con los dientes apretados, poniéndose de puntillas, contrayendo las nalgas, abriéndose la raja todo lo que podía, hasta que se la hundió entera, hasta que notó los huevos pegados al chocho. Volvió a sujetarla por la cintura y le folló el culo sin apenas extraer la verga, sólo un par de centímetros, para volver a hundirla mediante continuas contracciones de las nalgas peludas. Elisa no pudo contenerse y soltó un par de gemidos estridentes, gemidos que llegaron claramente a los oídos de su marido. La mezcla de dolor y placer le proporcionaban convulsiones cada vez que se la hundía, cada vez que la notaba tan adentro. Gemía desesperadamente. Su cuñado se paró con la verga clavada y a los dos segundos notó cómo circulaba la leche en el interior de su ano, a chorros intermitentes, notando el frescor de la circulación. Fue tal el placer que sus piernas temblaron y no pudo contenerse. Un chorro disperso de pis brotó de su chocho, salpicando los huevos de Curro y las piernas de ambos, formando unos charquitos por los pies de los dos. Curro fue retirando la verga despacio. Al sacarla, un grueso hilo de semen unía la punta con el ano.- Te gusta mearte, hija puta. -. Su cuñada, con la boca muy abierta, acezando como una perra y con la excitación brotando en su mirada, le miró por encima del hombro -. Ven aquí.La obligó a ...