Tu madre y yo somos unas cerdas, cariño.
Datte: 03/04/2020,
Catégories:
Hardcore,
Mature,
BDSM / Fétichisme
... dijo aún sujetándose la verga -. Puedes entrar en uno de esos, pero están todos hechos una mierda. Si a tu novio no le importa, puedes mear en esa esquina. Aquí nadie te va a decir nada.Adriana, muy dispuesta, dio unos pasos hacia una esquina bajo la ventana, al lado del meadero del otro extremo. Asombrado, el tipo la siguió con la mirada, esta vez acariciándose muy despacio la verga con la palma de la mano. Emanuel se subió el pantalón y dio un paso atrás, para permitirle una mejor visión de lo que iba a hacer su novia. Vio que el desconocido y ella se miraban a los ojos. Comenzó a deslizarse el pantalón del chándal hasta las rodillas y a continuación las braguitas blancas que llevaba, exhibiendo su coñito depilado, de vulva abultada, con una pequeña rajita reluciente. El desconocido ni parpadeaba pegado al meadero, ya sacudiéndose la polla, aunque a un ritmo muy lento. Adriana se acuclilló, alternando la mirada entre el desconocido y su novio. Podía ver el movimiento del brazo al masturbarse, aunque la verga quedaba oculta por el hueco del meadero. Se puso a mear, a fluir el pis de su chocho, ante los ojos de aquel desconocido, formándose un charco bajo su culo que inundó la planta de sus pies. En cuanto terminó, se incorporó subiéndose las bragas y el pantalón al mismo tiempo.- ¿Por qué no te acercas, bonita? – le propuso el tipo -. Ven, anda, seguro que a tu novio no le importa -. Adriana dio unos pasos hacia él y entonces le vio la verga hinchada apuntando hacia el ...
... interior del meadero, donde se había formado un charco de pis amarillento, con todas las paredes salpicadas -. ¿Quieres hacerme una paja, bonita? Anda, anímate…Ante los ojos de su novio, extendió el brazo derecho hacia el interior del meadero y le agarró la verga dura, comenzando a sacudírsela despacio, salpicando aún algunas gotas de pis que fluían de la punta, pegada a su costado, mirando hacia la masturbación. El tipo la rodeó por la cintura pegándola más a él, percibiendo el roce de sus tetas duras, bajando la mano por su culito para manoseárselo. Cada vez aceleraba más los tirones a la verga.- Acaríciame los huevos… - le pidió.Le soltó la polla y comenzó a masajearle las pelotas, achuchándolas suavemente con la palma. La polla actuaba con un péndulo al sobarle los cojones. Mientras tanto, con la otra mano, el desconocido se bajó aún más los pantalones, arrastrando con ello los calzoncillos, dejando ambas prendas hacia la mitad de los muslos. La manita de Adriana pasó de nuevo de los huevos a la polla para machacársela apretándola fuerte. Emanuel, a un metro de ellos, veía al tipo de espaldas, con el brazo derecho por la cintura de su novia para mantenerla pegada a él, y a ella de perfil, con la derecha dentro del meadero para masturbarle. Vio que alzaba su manita izquierda para acariciarle el culo, un culo de nalgas aplastadas y peludas, muy bronceadas. Le metía los deditos por la raja y luego la deslizaba por sus nalgas. El tipo la miró.- Qué gusto que me toques el culo, ...